En un mundo puramente objetivo, el sesgo en la investigación no existiría porque el conocimiento sería un recurso fijo e inamovible; o se sabe sobre un concepto o fenómeno concreto, o no se sabe. Sin embargo, tanto la investigación cualitativa como las ciencias sociales reconocen que la subjetividad y el sesgo existen en todos los aspectos del mundo social, lo que naturalmente incluye también el proceso de investigación. Este sesgo se manifiesta en las distintas formas en que se entiende, construye y negocia el conocimiento, tanto dentro como fuera de la investigación.
Comprender el sesgo de la investigación tiene profundas implicaciones para los métodos de recopilación y análisisde datos, ya que exige que los investigadores presten especial atención a la forma de dar cuenta de las percepciones generadas a partir de sus datos.
El sesgo en la investigación, a menudo inevitable, es un error sistemático que puede introducirse en cualquier fase del proceso de investigación, sesgando nuestra comprensión e interpretación de los resultados. Desde la recogida de datos hasta el análisis, la interpretación e incluso la publicación, el sesgo puede distorsionar la verdad que pretendemos captar y comunicar en nuestra investigación.
También es importante distinguir entre sesgo y subjetividad, sobre todo en la investigación cualitativa. La mayoría de las metodologías cualitativas se basan en supuestos epistemológicos y ontológicos según los cuales no existe un mundo fijo u objetivo "ahí fuera" que pueda medirse y comprenderse empíricamente mediante la investigación. Por el contrario, muchos investigadores cualitativos aceptan la naturaleza socialmente construida de nuestra realidad y, por tanto, reconocen que todos los datos son producidos dentro de un contexto particular por participantes con sus propias perspectivas e interpretaciones. Además, las propias experiencias subjetivas del investigador determinan inevitablemente el sentido que da a los datos. Estas subjetividades se consideran puntos fuertes, no limitaciones, de los enfoques de investigación cualitativa, porque abren nuevas vías para la generación de conocimiento. Por eso es tan importante la reflexividad en la investigación cualitativa. Por otra parte, cuando en esta guía hablamos de sesgo, nos referimos a errores sistemáticos que pueden afectar negativamente al proceso de investigación, pero que pueden mitigarse mediante un cuidadoso esfuerzo por parte de los investigadores.
Para comprender plenamente qué es el sesgo en la investigación, es esencial entender la doble naturaleza del sesgo. El sesgo no es intrínsecamente malo. Es simplemente una tendencia, inclinación o prejuicio a favor o en contra de algo. En nuestra vida cotidiana, estamos sujetos a innumerables prejuicios, muchos de los cuales son inconscientes. Nos ayudan a movernos por el mundo, a tomar decisiones rápidas y a comprender situaciones complejas. Pero cuando investigamos, estos mismos prejuicios pueden causar problemas importantes.
El sesgo en la investigación puede afectar a la validez y credibilidad de los resultados de la investigación y llevar a conclusiones erróneas. Puede surgir de las preferencias subconscientes del investigador o del propio diseño metodológico del estudio. Por ejemplo, si un investigador favorece inconscientemente un resultado concreto del estudio, esta preferencia podría afectar a su forma de interpretar los resultados, dando lugar a un tipo de sesgo conocido como sesgo de confirmación.
El sesgo de investigación también puede surgir debido a las características de los participantes en el estudio. Si el investigador recluta selectivamente a participantes con más probabilidades de producir los resultados deseados, puede producirse un sesgo de selección.
Otra forma de sesgo puede derivarse de los métodos de recogida de datos. Si una pregunta de la encuesta se formula de forma que fomente una respuesta concreta, se puede introducir un sesgo de respuesta. Además, unas preguntas de encuesta inadecuadas pueden tener un efecto perjudicial en futuras investigaciones si la población en general considera que esos estudios están sesgados hacia determinados resultados en función de las preferencias del investigador.
El sesgo también puede producirse durante el análisis de los datos. En la investigación cualitativa, por ejemplo, las nociones preconcebidas y las expectativas del investigador pueden influir en su forma de interpretar y codificar los datos cualitativos, un tipo de sesgo conocido como sesgo de interpretación. También es importante señalar que la investigación cuantitativa tampoco está libre de sesgos, ya que el sesgo de muestreo y el sesgo de medición pueden amenazar la validez de los resultados de cualquier investigación.
A la vista de estos ejemplos, está claro que el sesgo en la investigación es un problema complejo que puede adoptar muchas formas y surgir en cualquier fase del proceso de investigación. Esta sección profundizará en los tipos específicos de sesgo en la investigación, proporcionará ejemplos, discutirá por qué es un problema y proporcionará estrategias para identificar y mitigar el sesgo en la investigación.
El sesgo puede aparecer de muchas maneras. Un ejemplo es el sesgo de confirmación, en el que el investigador tiene una explicación preconcebida de lo que ocurre en sus datos y (de forma inconsciente) ignora cualquier prueba que no la confirme. Por ejemplo, un investigador que realiza un estudio sobre los hábitos de ejercicio diario podría inclinarse a concluir que las prácticas de meditación conducen a un mayor compromiso con el ejercicio porque ha experimentado personalmente estos beneficios. Sin embargo, llevar a cabo una investigación rigurosa implica evaluar todos los datos de forma sistemática y verificar las propias conclusiones comprobando tanto las pruebas que las apoyan como las que las refutan.
El sesgo de confirmación es una de las formas más comunes de sesgo en la investigación. Se produce cuando los investigadores se centran inconscientemente en los datos que apoyan sus ideas mientras ignoran o infravaloran los datos que las contradicen. Este sesgo puede llevar a los investigadores a confirmar erróneamente sus teorías, a pesar de contar con pruebas insuficientes o contradictorias.
Hay varios tipos de sesgo en la investigación, cada uno de los cuales presenta retos únicos. Algunos de los más comunes son
- Sesgo de confirmación: Como ya se ha mencionado, se produce cuando un investigador se centra en las pruebas que apoyan su teoría y pasa por alto las que la contradicen.
- Sesgo de selección: Se produce cuando el método del investigador para elegir a los participantes sesga la muestra en una dirección determinada.
- Sesgo de respuesta: Se produce cuando los participantes en un estudio responden de forma inexacta o falsa, a menudo debido a preguntas engañosas o mal formuladas.
- Sesgo del observador (o sesgo del investigador): Se produce cuando el investigador influye involuntariamente en los resultados debido a sus expectativas o preferencias.
- Sesgo de publicación: Este tipo de sesgo surge cuando los estudios con resultados positivos tienen más probabilidades de ser publicados, mientras que los estudios con resultados negativos o nulos suelen ser ignorados.
- Sesgo de análisis: Este tipo de sesgo se produce cuando los datos se manipulan o analizan de forma que conducen a un resultado determinado, ya sea intencionadamente o no.
El sesgo del investigador, también conocido como sesgo del observador, puede producirse cuando las expectativas o creencias personales de un investigador influyen en los resultados de un estudio. Por ejemplo, si un investigador cree que una determinada terapia es eficaz, puede interpretar inconscientemente resultados ambiguos de forma que apoyen la eficacia de la terapia, aunque las pruebas no sean suficientemente sólidas.
Ni siquiera las metodologías de investigación cuantitativa son inmunes al sesgo de los investigadores. Las encuestas de investigación de mercado o la investigación de ensayos clínicos, por ejemplo, pueden encontrarse con sesgos cuando el investigador elige una población o metodología particular para lograr un resultado de investigación específico. Las preguntas de las encuestas de opinión de los clientes cuyos datos se emplean en el análisis cuantitativo pueden estar estructuradas de tal manera que sesguen a los encuestados hacia determinadas respuestas deseadas.
Como le recordaremos a lo largo de este capítulo, el sesgo no es un fenómeno que pueda eliminarse por completo, ni debemos pensar en él como algo que deba eliminarse. En un mundo subjetivo en el que intervienen seres humanos como investigadores y participantes en la investigación, el sesgo es inevitable y casi necesario para comprender el comportamiento social. La sección sobre reflexividad que aparece más adelante en esta guía destacará cómo se abordan las diferentes perspectivas entre investigadores y sujetos humanos en la investigación cualitativa.
Dicho esto, un sesgo excesivo puede poner seriamente en duda la credibilidad de las conclusiones de un estudio. Los académicos que lean su investigación necesitan saber qué nuevos conocimientos está generando, cómo se generaron y por qué los conocimientos que presenta deben considerarse persuasivos. Con esto en mente, veamos cómo se puede identificar el sesgo y, cuando interfiere con la investigación, minimizarlo.
Identificar el sesgo implica un examen crítico de todo el estudio de investigación, desde la formulación de la pregunta y la hipótesis de investigación hasta la selección de los participantes en el estudio, los métodos de recogida de datos y el análisis e interpretación de los datos. Los investigadores deben evaluar si cada etapa se ha visto influida por sesgos que puedan haber sesgado los resultados. Herramientas como las listas de comprobación o directrices sobre sesgos, la revisión por pares y la reflexividad (reflexionar sobre los propios sesgos) pueden ser fundamentales para identificar los sesgos.
Identificar el sesgo de la investigación suele implicar un examen minucioso de la metodología de investigación y las interpretaciones del investigador. ¿La muestra de participantes era pertinente para la pregunta de investigación? ¿Las preguntas de la entrevista o la encuesta eran capciosas? ¿Hubo algún conflicto de intereses que pudiera haber influido en los resultados? También es necesario comprender los distintos tipos de sesgo y cómo pueden manifestarse en un contexto de investigación. ¿El sesgo se produce en el proceso de recogida de datos o cuando el investigador los analiza?
La transparencia de la investigación exige una explicación minuciosa de cómo se diseñó, realizó y analizó el estudio. En la investigación cualitativa con seres humanos, el investigador es responsable de documentar las características de la población y el contexto de la investigación. Con respecto a los métodos de investigación, los procedimientos e instrumentos utilizados para recoger y analizar los datos se describen con el mayor detalle posible.
Aunque describir minuciosamente las metodologías de estudio y los participantes en la investigación pueda parecer engorroso, una descripción clara y detallada del diseño de la investigación es necesaria para una buena investigación. Sin este nivel de detalle, es difícil que el público de la investigación identifique si existe sesgo, dónde se produce y en qué medida puede amenazar la credibilidad de las conclusiones.
Reconocer el sesgo en un estudio requiere un enfoque crítico. El investigador debe cuestionar cada paso del proceso de investigación: ¿Se seleccionó cuidadosamente la muestra de participantes? ¿Fomentaron los métodos de recogida de datos respuestas abiertas y sinceras? ¿Influyeron las creencias o expectativas personales en la interpretación de los resultados? Las revisiones externas por pares también pueden ser útiles para reconocer el sesgo, ya que otros podrían detectar posibles problemas que el investigador original pasó por alto.
Las secciones siguientes de este capítulo profundizarán en las repercusiones del sesgo en la investigación y en las estrategias para evitarlo. A través de estos debates, los investigadores estarán mejor equipados para manejar el sesgo en su trabajo y contribuir a construir un conocimiento más creíble.
Los sesgos inconscientes, también conocidos como sesgos implícitos, son actitudes o estereotipos que influyen en nuestra comprensión, acciones y decisiones de forma inconsciente. Estos sesgos pueden infiltrarse inadvertidamente en el proceso de investigación, sesgando los resultados y las conclusiones. Esta sección pretende profundizar en la comprensión del sesgo inconsciente, su impacto en la investigación y las estrategias para mitigarlo.
El sesgo inconsciente se refiere a los prejuicios o estereotipos sociales sobre determinados grupos que los individuos se forman fuera de su conciencia. Todo el mundo tiene creencias inconscientes sobre diversos grupos sociales y de identidad, y estos prejuicios se derivan de una tendencia a organizar los mundos sociales en categorías.
El sesgo inconsciente puede infiltrarse en la investigación de varias maneras. Puede afectar al modo en que los investigadores formulan sus preguntas o hipótesis de investigación, al modo en que interactúan con los participantes, a sus métodos de recopilación de datos y al modo en que interpretan sus datos. Por ejemplo, un investigador puede favorecer sin saberlo a participantes que comparten características similares con él, lo que podría dar lugar a resultados sesgados.
Las implicaciones del sesgo inconsciente en la investigación son de gran alcance. Puede comprometer la validez de los resultados de la investigación, influir en la elección de los temas de investigación y afectar a los procesos de revisión por pares. El sesgo inconsciente también puede conducir a una falta de diversidad en la investigación, lo que puede limitar gravemente el valor y el impacto de los resultados.
Aunque es difícil eliminar por completo el sesgo inconsciente, hay varias estrategias que pueden ayudar a mitigar su impacto. Éstas incluyen ser consciente de los posibles sesgos inconscientes, practicar la reflexividad, buscar diversas perspectivas para su estudio y participar en actividades regulares de comprobación de sesgos, como la formación sobre sesgos y el debriefing entre iguales.
Al comprender y reconocer el sesgo inconsciente, los investigadores pueden tomar medidas para limitar su impacto en el trabajo y obtener resultados más sólidos.
¿Por qué es un problema el sesgo en la investigación?
El sesgo en la investigación es un problema generalizado que los investigadores deben considerar y abordar con diligencia. Puede afectar significativamente a la credibilidad de los resultados. A continuación, desglosamos las ramificaciones del sesgo en dos áreas clave.
La validez de la investigación se refiere a la exactitud de los resultados del estudio o a la coherencia entre las conclusiones del investigador y las experiencias reales de los participantes. Cuando el sesgo se cuela en un estudio, puede distorsionar los resultados y alejarlos de las realidades compartidas por los participantes en la investigación. Por ejemplo, si las creencias personales de un investigador influyen en su interpretación de los datos, las conclusiones resultantes pueden no reflejar lo que muestran los datos o lo que experimentaron los participantes.
La transferibilidad es el grado en que las conclusiones de un estudio pueden aplicarse más allá del contexto específico o la muestra estudiada. Aplicando los conocimientos de un contexto a otro diferente es como podemos progresar y tomar decisiones informadas. En la investigación cuantitativa, la generalizabilidad de un estudio es un componente clave que determina el impacto potencial de las conclusiones. En la investigación cualitativa, todos los datos y conocimientos que se producen se entienden inmersos en un contexto particular, por lo que la noción de generalizabilidad adquiere un significado ligeramente distinto. En lugar de suponer que los participantes en el estudio son estadísticamente representativos de toda la población, los investigadores cualitativos pueden reflexionar sobre qué aspectos de su contexto de investigación tienen más peso en sus conclusiones y cómo éstas pueden ser transferibles a otros contextos que compartan similitudes clave.
El sesgo en la investigación, si no se identifica y mitiga, puede afectar significativamente a los resultados de la investigación. El efecto dominó del sesgo en la investigación se extiende más allá de los estudios individuales, afectando al conjunto de conocimientos en un campo e influyendo en la política y la práctica. A continuación, profundizaremos en tres formas concretas en que los sesgos pueden afectar a la investigación.
El sesgo puede distorsionar los resultados del estudio. Por ejemplo, el sesgo de confirmación puede hacer que un investigador se centre en los datos que apoyan su interpretación y desestime los que la contradicen. Esto puede sesgar los resultados y crear una imagen engañosa del fenómeno estudiado.
Cuando la investigación está influida por un sesgo, no sólo tergiversa la realidad de los participantes, sino que también puede impedir el progreso científico. Los estudios sesgados pueden llevar a los investigadores por el camino equivocado, con el consiguiente despilfarro de recursos y esfuerzos. Además, puede contribuir a crear un corpus bibliográfico sesgado o inexacto, que desvirtúe futuras investigaciones y teorías.
La investigación suele informar la política y la práctica. Si la investigación está sesgada, puede conducir a la creación de políticas o prácticas ineficaces o incluso perjudiciales. Por ejemplo, un estudio con sesgo de selección podría concluir que una determinada intervención es eficaz, lo que llevaría a su aplicación generalizada. Sin embargo, supongamos que no se ha considerado cuidadosamente la transferibilidad de las conclusiones del estudio. En ese caso, puede ser arriesgado suponer que la intervención funcionará igual de bien en poblaciones diferentes, lo que podría dar lugar a resultados ineficaces o poco equitativos.
Aunque es casi imposible eliminar por completo el sesgo en la investigación, es crucial mitigar su impacto en la medida de lo posible. Empleando estrategias bien pensadas en cada fase de la investigación, podemos esforzarnos por conseguir rigor y transparencia, mejorando la calidad de nuestras conclusiones. Esta sección profundizará en estrategias específicas para evitar el sesgo.
Determinar si la investigación es sesgada implica una revisión cuidadosa del diseño de la investigación, la recopilación de datos, el análisis y la interpretación. Puede que tenga que reflexionar críticamente sobre sus propios prejuicios y expectativas y cómo pueden haber influido en su investigación. Las revisiones externas por pares también pueden ser útiles para detectar posibles sesgos.
Minimizar el sesgo implica una cuidadosa planificación y ejecución en todas las fases de un estudio de investigación. Estas estrategias pueden incluir la formulación de preguntas de investigación claras e imparciales, la garantía de que la muestra represente de forma significativa el problema de investigación que se está estudiando, la elaboración de instrumentos de recopilación de datos imparciales y el empleo de técnicas sistemáticas de análisis de datos. La transparencia y la reflexividad a lo largo de todo el proceso también pueden ayudar a minimizar el sesgo.
Para mitigar el sesgo en la recopilación de datos, asegúrese de que sus preguntas son claras, neutrales y no tendenciosas. La triangulación, es decir, el uso de múltiples métodos o fuentes de datos, también puede ayudar a reducir el sesgo y aumentar la credibilidad de las conclusiones.
Durante el análisis de los datos, es fundamental mantener un alto nivel de rigor. Esto puede implicar el uso de esquemas de codificación sistemáticos en la investigación cualitativa o pruebas estadísticas adecuadas en la investigación cuantitativa. Cuestionar periódicamente las interpretaciones y considerar explicaciones alternativas puede ayudar a reducir el sesgo. También puede ser una estrategia valiosa el "peer debriefing", en el que se discuten el análisis y las interpretaciones con los colegas.
Mediante el uso de estas estrategias, los investigadores pueden reducir significativamente el impacto del sesgo en su investigación, mejorando la calidad y la credibilidad de sus hallazgos y contribuyendo a un cuerpo de conocimientos más sólido y significativo.
Impacto del sesgo cultural en la investigación
El sesgo cultural es la tendencia a interpretar y juzgar los fenómenos según criterios inherentes a la propia cultura. Dada la naturaleza cada vez más multicultural y global de la investigación, es primordial comprender y abordar el sesgo cultural. Esta sección explorará el concepto de sesgo cultural, sus repercusiones en la investigación y las estrategias para mitigarlo.
El sesgo cultural se refiere a la posibilidad de que los antecedentes culturales, las experiencias y los valores de un investigador influyan en el proceso de investigación y en los resultados. Esto puede ocurrir consciente o inconscientemente y puede conducir a una interpretación errónea de los datos, una representación injusta de las culturas y conclusiones sesgadas.
El sesgo cultural puede infiltrarse en la investigación en varias fases. Puede afectar a la formulación de las preguntas de la investigación, al diseño del estudio, a los métodos de recogida de datos y a la interpretación de los resultados. Por ejemplo, un investigador puede diseñar involuntariamente un estudio que no tenga en cuenta el contexto cultural de los participantes, lo que conduce a una comprensión sesgada del fenómeno estudiado.
Las implicaciones del sesgo cultural son profundas. El sesgo cultural puede sesgar las conclusiones, limitar la transferibilidad de los resultados y contribuir a malentendidos y estereotipos culturales. En última instancia, esto puede llevar a conclusiones inexactas o etnocéntricas, perpetuando aún más los prejuicios culturales y las desigualdades.
En consecuencia, muchos campos de las ciencias sociales, como la sociología y la antropología, han sido criticados por los sesgos culturales en la investigación. Algunas de las primeras investigaciones en antropología, por ejemplo, han tenido el potencial de reducir culturas enteras a estereotipos simplistas cuando se comparan con las normas dominantes. Por otra parte, un investigador contemporáneo que respete los límites éticos y culturales debe tratar de situar adecuadamente su comprensión de las prácticas sociales y culturales en un contexto suficiente sin caracterizarlas de forma inapropiada.
Mitigar el sesgo cultural requiere un esfuerzo concertado a lo largo de todo el estudio de investigación. Estos esfuerzos podrían incluir educarse sobre otras culturas, ser consciente de los propios prejuicios culturales, incorporar perspectivas culturalmente diversas en el proceso de investigación y ser sensible y respetuoso con las diferencias culturales. También puede implicar la inclusión de miembros del equipo con antecedentes culturales diversos o la búsqueda de consultores culturales externos que cuestionen los supuestos y ofrezcan perspectivas alternativas.
Al reconocer y abordar los prejuicios culturales, los investigadores pueden contribuir a una investigación más competente, equitativa y válida desde el punto de vista cultural. Esto no sólo enriquece el corpus científico de conocimientos, sino que también promueve la comprensión y el respeto culturales.
Tenga en cuenta que el sesgo es una fuerza que hay que mitigar, no un fenómeno que se pueda eliminar por completo, y las subjetividades de cada persona son las que hacen que nuestro mundo sea tan complejo e interesante. Como las cosas cambian y se adaptan continuamente, el conocimiento de la investigación también se actualiza continuamente a medida que desarrollamos nuestra comprensión del mundo que nos rodea.