Las consideraciones éticas en las entrevistas son fundamentales para garantizar que el proceso de entrevista respete la dignidad, los derechos y el bienestar de los participantes. Tanto si se trata de una entrevista de investigación como de una entrevista de trabajo, cumplir las normas éticas es esencial para mantener la integridad y la equidad. En este artículo repasaremos cómo realizar entrevistas de forma ética, incluyendo el proceso ético de reclutamiento, el consentimiento y la confidencialidad, así como la obtención de la aprobación ética y del IRB.
En las entrevistas, las salvaguardias de conducta ética fomentan la transparencia y generan confianza entre el entrevistador y el entrevistado. Esto es especialmente importante cuando se trata de información delicada o de una población vulnerable.
Lo primero y más importante es obtener el consentimiento informado. Esto implica proporcionar a los participantes información clara y completa sobre el propósito del estudio, el proceso de la entrevista, los tipos de preguntas que se harán y cualquier riesgo o beneficio potencial. Los participantes deben aceptar participar voluntariamente, siendo plenamente conscientes de que pueden retirarse de la entrevista o de la investigación en cualquier momento sin sufrir consecuencias negativas.
La confidencialidad es otra cuestión ética clave. Los investigadores son responsables de proteger la identidad de sus participantes y garantizar que no se revele información personal. Esto a menudo significa anonimizar o utilizar seudónimos en los informes. Los investigadores también deben almacenar de forma segura los datos recopilados y limitar el acceso únicamente a las personas directamente implicadas en el estudio. El tratamiento de datos sensibles requiere una cuidadosa consideración, especialmente cuando los participantes comparten información privada o con carga emocional.
El respeto a la autonomía es igualmente crítico. Los investigadores deben asegurarse de que no se coacciona a los participantes para que participen y de que se sienten cómodos durante todo el proceso de la entrevista. Cualquier signo de incomodidad o reticencia debe ser respondido con la oportunidad de hacer una pausa o retirarse, y los entrevistadores deben evitar presionar a los participantes para que respondan a cualquier pregunta con la que se sientan incómodos. Del mismo modo, los investigadores deben abstenerse de hacer preguntas capciosas o utilizar técnicas de manipulación que puedan influir en las respuestas, ya que estas acciones comprometen la integridad de los datos.
Otro aspecto ético importante es garantizar que los participantes no sufran daños emocionales o psicológicos durante o después de la entrevista. Los investigadores deben ser sensibles al impacto potencial de la discusión de ciertos temas, especialmente los que pueden desencadenar estrés o trauma. Si es probable que un tema cause angustia, los participantes deben ser avisados con antelación y el entrevistador debe estar preparado para ofrecer apoyo o recursos en caso necesario.
Por último, a menudo se exige a los investigadores que sometan su diseño de la investigación a la aprobación de un comité de ética o junta de revisión institucional antes de realizar las entrevistas. Esta supervisión ayuda a garantizar que el estudio cumple las normas éticas y que los participantes están protegidos durante todo el proceso de investigación. Al adherirse a estos principios éticos, los investigadores pueden generar confianza en los participantes y mantener la integridad de los resultados de su investigación.
Las prácticas éticas en las entrevistas garantizan el respeto de la dignidad y los derechos de los participantes a lo largo de todo el proceso. Tanto si el objetivo es recabar datos para una investigación como contratar al mejor candidato para un puesto de trabajo, los principios de imparcialidad, respeto y confidencialidad son fundamentales para una conducta ética. Las entrevistas éticas empiezan por comprender y aplicar las consideraciones éticas en cada etapa del proceso.
En la investigación cualitativa, la captación de participantes debe realizarse con sumo cuidado y consideración para garantizar el cumplimiento de las normas éticas. El proceso de captación no sólo marca la pauta de la relación entre el investigador y los participantes, sino que también sirve de base para la integridad de la investigación. El reclutamiento ético implica transparencia, respeto y protección de los derechos de los participantes a lo largo de todo el proceso.
Respetar la autonomía de los participantes es esencial en el proceso de reclutamiento. Los investigadores deben garantizar que los participantes tomen decisiones independientes sobre su participación. Esto significa evitar cualquier presión o persuasión para participar, especialmente en el caso de poblaciones vulnerables que podrían sentirse obligadas a participar debido a un desequilibrio de poder, como estudiantes, pacientes o empleados.
El reclutamiento ético requiere una selección justa de los participantes, lo que significa que los criterios de inclusión y exclusión deben considerarse y justificarse cuidadosamente. Los investigadores deben asegurarse de que la selección de participantes sea equitativa, evitando la explotación o la discriminación. Las poblaciones vulnerables, como los niños, las personas con discapacidad o las personas económicamente desfavorecidas, sólo deben incluirse cuando sea necesario, y su participación debe tratarse con especial cuidado.
Los investigadores deben evitar basarse exclusivamente en el muestreo de conveniencia ya que puede suponer una carga desproporcionada para determinados grupos o excluir a aquellos cuyas perspectivas son vitales para comprender el tema. La inclusión y la diversidad en el reclutamiento ayudan a garantizar que los resultados de la investigación sean válidos y representativos de la población en general.
Durante reclutamiento, los investigadores deben mantener un alto nivel de transparencia sobre el propósito del estudio, las fuentes de financiación y la forma en que se difundirán los resultados. Los participantes deben saber quién lleva a cabo la investigación, quién la patrocina y cualquier posible conflicto de intereses. Esta apertura fomenta la confianza y permite a los participantes tomar decisiones informadas sobre su participación.
Además, los investigadores deben comunicar los posibles beneficios y limitaciones de la investigación. Si el estudio está diseñado para tener un impacto social o público, los participantes deben ser informados de cómo sus contribuciones pueden influir en futuras políticas o prácticas.
Uno de los aspectos más fundamentales de la entrevista ética es la obtención del consentimiento informado. El consentimiento informado garantiza que los participantes comprendan la finalidad de la entrevista, los riesgos potenciales que conlleva y su derecho a participar voluntariamente. Es esencial explicar a los participantes cómo se utilizarán sus datos, asegurándose de que son conscientes de su capacidad para retirarse del proceso en cualquier momento sin consecuencias negativas. Esta transparencia ayuda a generar confianza entre el entrevistador y el participante, una base necesaria para cualquier entrevista ética. Los formularios de consentimiento deben ser detallados pero fáciles de entender: Evite la jerga o los términos demasiado técnicos al explicar la naturaleza de la entrevista, los posibles riesgos y beneficios, y los protocolos de confidencialidad vigentes.
Mantener la confidencialidad es otro aspecto clave de las entrevistas éticas. Proteger la información personal de los participantes es crucial tanto en la investigación como en la captación. Para las entrevistas de investigación, esto significa anonimizar y almacenar de forma segura cualquier grabación o transcripción para evitar el acceso no autorizado. Las prácticas éticas dictan que sólo el personal autorizado debe tener acceso a los datos, y los participantes deben ser informados sobre cómo se utilizará su información. En el proceso de reclutamiento, confidencialidad es igual de importante. Los participantes confían en que la información que comparten durante la entrevista no se revelará a personas no autorizadas ni se utilizará indebidamente de ningún modo.
Evitar las preguntas capciosas es crucial para una entrevista ética. Las preguntas capciosas pueden influir injustamente en las respuestas de los participantes y sesgar los resultados. En su lugar, deben utilizarse preguntas abiertas que permitan a los participantes o candidatos dar respuestas genuinas. Las entrevistas éticas deben estar libres de manipulación y su objetivo es recopilar información auténtica basada en las respuestas del participante o candidato.
El respeto por los participantes está en el centro de las prácticas de entrevista ética. Este respeto se manifiesta de varias maneras, como valorando su tiempo, proporcionando contexto para cada pregunta y asegurándose de que se sienten cómodos durante todo el proceso. En las entrevistas de investigación, esto incluye crear un entorno seguro y de apoyo en el que los participantes puedan expresarse sin miedo a ser juzgados o a sufrir repercusiones.
Otra consideración ética en las entrevistas es manejar temas sensibles con cuidado. Las entrevistas, especialmente en contextos de investigación, suelen tratar temas delicados como experiencias personales, traumas o temas controvertidos. Los investigadores deben abordar estas entrevistas con empatía y comprensión, permitiendo a los participantes omitir preguntas o retirarse de la entrevista si se sienten incómodos. Proporcionar contexto antes de profundizar en áreas delicadas es esencial para preparar a los participantes para lo que les espera. Por ejemplo, informar a los participantes de que ciertas preguntas pueden tocar temas delicados les da la opción de decidir si continúan o no. Este enfoque respeta la autonomía del participante y garantiza que el proceso de entrevista no cause daños innecesarios.
Al reclutar a participantes de diversos orígenes culturales, los investigadores deben demostrar sensibilidad cultural. Esto significa comprender y respetar las normas, valores y prácticas culturales que puedan influir en la disposición o comodidad de una persona para participar. Las estrategias de captación deben adaptarse para reflejar las consideraciones culturales, utilizando un lenguaje apropiado y canales que sean accesibles y respetuosos con las identidades y los orígenes de los participantes.
Las prácticas poco éticas en las entrevistas pueden perjudicar considerablemente a los participantes y socavar la calidad de la investigación. Los casos reales de prácticas de entrevista poco éticas subrayan la importancia crítica de realizar la investigación de forma ética y obtener la aprobación del comité de ética local o del consejo de revisión institucional.
Por ejemplo, el Tearoom Trade Study (1970) fue un estudio en el que el investigador entrevistó a hombres sobre su comportamiento sexual sin informarles de que estaban siendo estudiados. Las entrevistas se realizaron bajo falsos pretextos y no se dio a los participantes la oportunidad de dar su consentimiento. Este flagrante desprecio por la privacidad y la autonomía violaba los principios éticos, ya que los participantes no eran conscientes de que se estaba recogiendo información personal y delicada para utilizarla en la investigación.
La defensa de principios como el consentimiento informado, el respeto de los límites emocionales y la protección de la intimidad son esenciales para preservar la integridad de la investigación y proteger a los participantes de cualquier daño.
Una Junta de Revisión Institucional (IRB) es un comité establecido para revisar, aprobar y supervisar la investigación con participantes humanos. El objetivo principal de una IRB es garantizar la protección de los derechos, el bienestar y la seguridad de los participantes durante todo el proceso de investigación.
El proceso para obtener la aprobación del CEI comienza con la presentación de una propuesta de investigación detallada en la que se describen los objetivos, métodos y consideraciones éticas del estudio. El CEI revisa la propuesta para asegurarse de que la investigación no plantea riesgos indebidos para los participantes y de que se siguen las directrices éticas. Una de las consideraciones éticas clave en este proceso es la obtención del consentimiento informado. El CEI evaluará la forma en que los investigadores planean obtener el consentimiento de los participantes y se asegurará de que éstos comprendan sus derechos, incluido el derecho a retirarse del estudio en cualquier momento.
Otro aspecto importante para obtener la aprobación del CEI es demostrar cómo los investigadores mantendrán la confidencialidad. El CEI exige a los investigadores que describan cómo almacenarán y manejarán los datos sensibles, garantizando la protección de la información personal de los participantes. Las prácticas éticas relacionadas con la confidencialidad incluyen la anonimización de los datos, el almacenamiento seguro de las grabaciones o transcripciones y la garantía de que sólo las personas autorizadas tengan acceso a la información.
Además de proteger la privacidad de los participantes, el CEI también evalúa los riesgos y beneficios potenciales de la investigación. Los investigadores deben demostrar que los beneficios del estudio superan cualquier riesgo potencial para los participantes y que se han tomado las medidas adecuadas para minimizar los daños. Por ejemplo, en los estudios que tratan temas delicados, puede exigirse a los investigadores que proporcionen recursos de apoyo, como asesoramiento o líneas telefónicas de ayuda, a los participantes que puedan experimentar angustia emocional durante el proceso de entrevista.
Obtener la aprobación ética o del CEI es un paso fundamental para realizar entrevistas de investigación de forma ética, y los editores de revistas a menudo exigen una prueba de la aprobación del CEI para aceptar un estudio para su publicación. El CEI garantiza que la investigación se diseñe de forma que proteja los derechos y el bienestar de los participantes, desde la obtención del consentimiento informado hasta el mantenimiento de la confidencialidad y la minimización de los riesgos potenciales. Sin la aprobación del CEI, los investigadores no pueden seguir adelante con su estudio, lo que subraya la importancia de respetar las normas éticas en todo el proceso de la entrevista.
Las Juntas de Revisión Institucional (IRB) o sus equivalentes varían según el país, aunque los principios básicos de protección de los participantes humanos en la investigación siguen siendo en gran medida coherentes. Los distintos países tienen sus propios marcos normativos y directrices éticas para la investigación con seres humanos, y estos organismos pueden recibir distintos nombres.
Estados Unidos: El sistema de CEI se rige por la normativa federal, principalmente bajo el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Los principios rectores proceden del Informe Belmont, que destaca el respeto a las personas, la beneficencia y la justicia.
Reino Unido: El equivalente al CEI es el Comité de Ética de la Investigación (CEI). En el Reino Unido, estos comités se rigen por la Autoridad de Investigación Sanitaria (HRA) y operan bajo las directrices éticas establecidas por el Servicio Nacional de Salud (NHS).
Unión Europea: En la UE, la ética de la investigación suele estar supervisada por Comités Éticos (CE). Estos comités operan bajo la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), garantizando la conducta ética de la investigación con seres humanos, especialmente cuando se trata de privacidad y protección de datos.
Canadá: Los Comités de Ética de la Investigación (CEI) son el equivalente de los CEI en Canadá. Siguen la Tri-Council Policy Statement (TCPS 2), que es un conjunto de directrices para la conducta ética de la investigación en seres humanos.
Australia: En Australia, el organismo equivalente es el Human Research Ethics Committee (HREC). Los HREC funcionan según las directrices del National Health and Medical Research Council (NHMRC).
Japón: Japón cuenta con Comités de Ética que operan bajo las directrices proporcionadas por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar (MHLW). Estos comités son responsables de garantizar el tratamiento ético de los seres humanos en la investigación.
India: Los Comités de Ética Institucional (CEI) son similares a los CEI y se rigen por el Consejo Indio de Investigación Médica (ICMR) y la normativa del Controlador General de Medicamentos de la India (DCGI).
En la mayoría de los países, los procesos de revisión ética se rigen por un conjunto compartido de principios internacionales diseñados para proteger a los participantes en la investigación. Estos principios incluyen la importancia del consentimiento informado, que garantiza que los participantes comprendan plenamente la naturaleza del estudio y su implicación antes de aceptar participar. Otro principio clave es la minimización del riesgo, por el que los investigadores están obligados a reducir en lo posible el daño potencial a los participantes. La confidencialidad y la privacidad también son fundamentales, ya que garantizan la salvaguarda de la información personal y la protección de la identidad de los participantes. Por último, se hace hincapié en la selección justa de los participantes para evitar la explotación o exclusión de las poblaciones vulnerables, garantizando la equidad en la forma de elegir a los participantes en la investigación.
Las consideraciones éticas en las entrevistas son esenciales para garantizar la imparcialidad, la transparencia y el respeto de los participantes y los candidatos a un puesto de trabajo. Las prácticas éticas en las entrevistas, desde la obtención del consentimiento informado hasta el mantenimiento de la confidencialidad, son fundamentales para proteger la dignidad y los derechos de todas las personas implicadas en el proceso de entrevista. Para los investigadores, obtener la aprobación del CEI es necesario para garantizar el cumplimiento de las normas éticas a lo largo de todo el estudio. Al adherirse a las directrices éticas, los entrevistadores pueden generar confianza, promover la transparencia y tomar decisiones que se ajusten a las prácticas éticas y al comportamiento aceptable, lo que beneficia tanto al investigador como a las personas implicadas.