Conceptos Básicos

Investigación-acción participativa: Un enfoque colaborativo

El objetivo de la investigación-acción participativa es proporcionar a los investigadores cualitativos y a las partes interesadas una implicación activa en la investigación colaborativa para desarrollar soluciones a problemas del mundo real. Más información sobre la investigación-acción participativa aquí.
Lauren Stewart
Qualitative Data Analysis Expert & ATLAS.ti Professional
  1. Introducción
  2. ¿Cuáles son los elementos clave de la investigación-acción participativa?
  3. ¿Cómo se hace la IAP?
  4. ¿Cuáles son los retos de la investigación-acción participativa?

Introducción

La investigación-acción participativa (IAP) se distingue de las metodologías tradicionales por ofrecer un enfoque colaborativo de la investigación cualitativa que integra directamente a la comunidad investigada en el proceso de investigación en ciencias sociales. A diferencia de los enfoques cualitativos convencionales y los métodos de investigación cuantitativa, los métodos de investigación participativa hacen hincapié en la participación de los miembros de las comunidades afectadas por la investigación. La IAP puede aplicarse a una amplia gama de campos, como el desarrollo organizativo, la psicología comunitaria, la epidemiología y la investigación sanitaria comunitaria. La IAP puede tener profundas implicaciones para conectar la investigación académica con las personas y las comunidades en situaciones del mundo real. Esto se debe a que esas personas y comunidades no son sólo participantes en la investigación, sino también socios sustantivos en la producción de conocimiento.

La IAP surgió a mediados del siglo XX como respuesta a la dinámica unilateral de la investigación convencional, con el objetivo de disolver las barreras entre el investigador y el investigado. Al defender la toma de decisiones compartida, el co-análisis y la acción colectiva, la IAP transforma a los sujetos pasivos en investigadores activos. Esta metodología no se limita a recopilar datos, sino que fomenta el empoderamiento, la inclusión y el cambio.

La investigación-acción participativa no se centra tanto en la recopilación de datos cualitativos o cuantitativos como en la reflexión crítica para lograr un cambio positivo.

¿Cuáles son los elementos clave de la investigación-acción participativa?

La investigación-acción participativa ofrece un nuevo enfoque de las metodologías de investigación tradicionales, haciendo hincapié en la colaboración, la capacitación y los ciclos iterativos de acción y reflexión. Es una filosofía que desafía la dinámica establecida entre investigador y sujeto, optando en su lugar por tejer un tejido de conocimientos y objetivos compartidos. Por ejemplo, tanto la investigación-acción participativa de los jóvenes como la investigación participativa basada en la comunidad pueden tener un gran impacto.

En la base misma de la IAP está la esencia de la colaboración y la co-investigación. En lugar de observar a las comunidades desde la distancia, los investigadores se sumergen en estos entornos, tratando a la comunidad no como meros sujetos, sino como investigadores asociados. Esta colaboración se extiende desde el inicio del proyecto de investigación, desde el establecimiento de la agenda hasta la interpretación de los resultados, pasando por la decisión sobre la acción adecuada. En este tipo de colaboraciones, las experiencias y perspectivas de las partes interesadas pueden ser especialmente potentes. Por ejemplo, la investigación-acción participativa con jóvenes es poderosa porque permite que los jóvenes no sólo expresen sus ideas, sino que configuren activamente la dirección de la investigación, haciendo hincapié en sus retos y aspiraciones particulares. La investigación-acción participativa crítica también se beneficia de esta colaboración, ya que el proceso participativo con los sujetos de la investigación pretende examinar críticamente la dinámica del poder, las injusticias sistémicas y las desigualdades estructurales.

Además, la IAP se caracteriza por su naturaleza cíclica, ya que participa en ciclos reflexivos de acción e investigación. El proceso sigue siendo fluido, permitiendo acciones basadas en los resultados, seguidas de reflexión y, si es necesario, investigación adicional. Estos bucles iterativos garantizan que la investigación se mantenga en sintonía con las necesidades y dinámicas en constante evolución de la comunidad. Este método de investigación lleva implícito un compromiso inquebrantable con la capacitación y la instigación de un cambio social positivo. La investigación tradicional puede tener como objetivo la comprensión, pero el proceso de investigación-acción participativa va más allá: pretende elevar, dotar a las comunidades de las herramientas y la confianza necesarias para forjar sus destinos. Este empoderamiento es especialmente evidente en la investigación participativa basada en la comunidad. En este caso, las colaboraciones comunitarias más amplias abordan necesidades específicas y localizadas, entrelazando la investigación y las soluciones prácticas en una danza de reciprocidad. Una parte integral de la IAP es la celebración del conocimiento local y las experiencias vividas. Cada historia, visión y sabiduría de los miembros de la comunidad no se limita a informar la investigación, sino que se convierte en su columna vertebral. Esta confianza en el conocimiento de base garantiza que los resultados de la investigación no sean meramente teóricos, sino que se basen en las realidades a las que se enfrenta cada día la comunidad.

Por último, la colaboración conlleva responsabilidad. Las consideraciones éticas de la IAP son profundas. No se trata sólo de respeto mutuo, sino de forjar auténticos lazos de confianza. Cada fase, desde la concepción hasta la ejecución, está impregnada de atención a la dinámica de poder, garantizando que no sólo se escuchen todas las voces, sino que se valoren por igual, beneficiando a todos los participantes y asegurando que no se produzcan daños ni explotación.

¿Cómo se hace la IAP?

El paso inicial en el proceso IAP es el establecimiento de una relación entre los investigadores y la comunidad. Las relaciones de investigación basadas en la confianza constituyen la base de un estudio PAR eficaz. Sin confianza, la verdadera colaboración es imposible. Esto es especialmente cierto en contextos como el desarrollo comunitario, la salud pública y el desarrollo de los adolescentes. Construir esta confianza suele requerir tiempo, transparencia y una comunicación abierta. Los investigadores deben acercarse a las comunidades no con una agenda preestablecida o preguntas de investigación prescriptivas, sino con auténtica curiosidad y apertura para comprender las necesidades, prioridades y puntos de vista de la comunidad.

Una vez establecida la confianza, la siguiente fase consiste en definir en colaboración el problema o la cuestión que se va a investigar. Es esencial subrayar aquí la palabra "en colaboración". A diferencia de los enfoques tradicionales de la investigación, en los que los investigadores pueden llegar con proposiciones o hipótesis predefinidas, en la IAP la comunidad desempeña un papel activo en la formulación de la pregunta de investigación basándose en sus experiencias y conocimientos. Esto garantiza que la investigación sea pertinente a nivel local y aborde cuestiones de la máxima importancia para la comunidad.

El diseño de la metodología de investigación en los enfoques de investigación-acción participativa es un esfuerzo colectivo. Los miembros de la comunidad y los investigadores crean conjuntamente un diseño y eligen métodos de investigación que sean a la vez rigurosos y pertinentes. A menudo, la IAP se basa en métodos cualitativos, como grupos focales, entrevistas y observaciones, pero también puede incluir una combinación de métodos cualitativos y cuantitativos cuando sea pertinente. En cualquier caso, los miembros de la comunidad no son meros participantes, sino que a menudo asumen funciones de investigadores colaboradores en el mismo equipo de investigación. Pueden participar en la realización de entrevistas, la recogida de encuestas o la observación de fenómenos. Las partes interesadas en la investigación-acción educativa y los miembros de comunidades marginadas se benefician de la dinámica de grupo en esta inclusión porque garantiza que los datos sean auténticos, culturalmente sensibles y arraigados en el contexto de la comunidad.

La recogida y el análisis de datos van de la mano. Fiel a la esencia del proceso IAP, la fase de análisis del ciclo de investigación no es una tarea solitaria de los investigadores. Las comunidades participan activamente en la responsabilidad de analizar los datos, asegurándose de que las interpretaciones se ajustan a sus experiencias y percepciones, así como a los conocimientos científicos. Esta fase también implica una reflexión constante del conocimiento crítico, en la que tanto los investigadores como las comunidades evalúan los hallazgos, debaten las implicaciones y consideran posibles acciones. La investigación en salud pública se beneficia de este enfoque, ya que médicos, enfermeras y pacientes aportan perspectivas únicas que los investigadores pueden no tener por sí mismos.

Uno de los rasgos definitorios de la IAP es su énfasis en la acción. El objetivo no es sólo comprender un problema, sino actuar en consecuencia. A partir de los resultados de la investigación, las comunidades y los investigadores colaboran para diseñar estrategias o intervenciones prácticas que aborden el problema identificado. Puede tratarse de recomendaciones políticas, programas comunitarios o actividades de promoción. En esta fase, la investigación-acción participativa basada en la comunidad suele dar lugar a resultados tangibles impulsados por la comunidad, desde intervenciones sanitarias hasta proyectos medioambientales. Una vez emprendidas las acciones, el ciclo no termina. La IAP es iterativa. La comunidad y los investigadores se reúnen para evaluar la eficacia de las acciones aplicadas. ¿Se abordó el problema? ¿Ha habido consecuencias imprevistas? Esta reevaluación puede dar lugar a nuevas preguntas y a otro ciclo de investigación, reflexión y acción.

La etapa final consiste en compartir los resultados y las experiencias. Sin embargo, a diferencia de la investigación convencional, que puede dar prioridad a las revistas académicas, la IAP tiende a valorar diversos canales de difusión. Las comunidades pueden optar por compartir sus historias a través de la radio local, actos comunitarios, talleres o incluso arte y teatro. El objetivo es difundir el conocimiento de forma que resuene en el conjunto de la comunidad y las partes interesadas, garantizando el máximo impacto y comprensión.

¿Cuáles son los retos de la investigación-acción participativa?

La investigación-acción participativa es sin duda un enfoque transformador de la investigación, aclamado por su compromiso con la colaboración, la capacitación y la acción tangible. Sin embargo, como todas las metodologías, no está exenta de desafíos. En primer lugar, establecer la confianza, fomentar la colaboración y navegar a través de ciclos iterativos de investigación y acción puede llevar mucho tiempo. En comparación con los paradigmas tradicionales de investigación, la IAP suele exigir periodos más prolongados para un compromiso, una reflexión y una acción significativos. Estos plazos prolongados pueden entrar en conflicto con los plazos de financiación o los calendarios de los investigadores, lo que exige una planificación cuidadosa y el compromiso de todas las partes implicadas.

A pesar de su intención de nivelar el terreno de juego entre investigadores y comunidades, en los proyectos IAP pueden persistir desequilibrios de poder. Los investigadores, a menudo procedentes del mundo académico o institucional, pueden dominar inadvertidamente los debates o los procesos de toma de decisiones. Abordar y neutralizar estas dinámicas de poder es crucial, pero también supone un reto, ya que requiere una autorreflexión continua y una actitud abierta a la retroalimentación. Cuando intervienen diversas partes interesadas, desde miembros de la comunidad hasta investigadores, puede resultar difícil armonizar las expectativas. Cada participante puede tener objetivos, aspiraciones y visiones diferentes del proyecto de investigación. Equilibrar estas diversas perspectivas y garantizar que se valora la voz de todos puede parecer a veces como caminar por la cuerda floja. Dada la naturaleza participativa de la IAP, los investigadores y los miembros de la comunidad pueden desarrollar profundos vínculos emocionales con la investigación y sus resultados. Esta inversión emocional, aunque enriquece el proceso de investigación, también puede dar lugar a dilemas éticos difíciles, especialmente cuando se enfrentan a resultados negativos inesperados o cuando se toman decisiones que podrían afectar a la comunidad.

La IAP suele requerir muchos recursos, no sólo de tiempo, sino también financieros, logísticos y humanos. Involucrar a las comunidades de manera significativa puede requerir varios talleres, reuniones y otros eventos de colaboración, cada uno de los cuales exige recursos. Esto puede resultar especialmente difícil en entornos con recursos limitados o cuando el alcance de la investigación es amplio. Además, es posible que la formación académica tradicional no prepare del todo a los investigadores para los matices de la IAP. Habilidades como la facilitación, la resolución de conflictos y la participación de la comunidad son fundamentales en este enfoque de investigación. Garantizar que tanto los investigadores como los coinvestigadores de la comunidad reciban la formación adecuada puede ser un reto, que a veces requiere sesiones y talleres de formación adicionales.

Dada su naturaleza colaborativa e iterativa, algunos círculos académicos podrían cuestionar la validez o el rigor de la IAP. A menudo existe escepticismo sobre la objetividad y fiabilidad de los resultados de estos métodos participativos. Defender el valor y la validez de la RAP en los espacios académicos más conservadores puede resultar una ardua batalla. Desde el punto de vista práctico, convertir las conclusiones en acciones tangibles puede plantear muchos problemas, sobre todo cuando se trata de problemas sistémicos o cuando las intervenciones necesarias requieren muchos recursos. Garantizar que las acciones no sólo se conciben, sino que también se aplican y se mantienen de forma eficaz, requiere un esfuerzo y una colaboración considerables.