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Validez frente a fiabilidad en la investigación: ¿Cuál es la diferencia?

La validez y la fiabilidad son importantes para el rigor de la investigación, pero ¿en qué se diferencian? Lee más sobre ambos conceptos en este artículo.
Lauren Stewart
Qualitative Data Analysis Expert & ATLAS.ti Professional
  1. Introducción
  2. ¿Cuál es la diferencia entre fiabilidad y validez en un estudio?
  3. ¿Qué es un ejemplo de fiabilidad y validez?
  4. Cómo garantizar la validez y fiabilidad de la investigación
  5. Críticas a la fiabilidad y la validez

Introducción

En investigación, la validez y la fiabilidad son cruciales para obtener resultados sólidos. Proporcionan una base que garantiza a académicos, profesionales y lectores por igual que las conclusiones de la investigación son precisas y coherentes. Sin embargo, la naturaleza matizada de los datos cualitativos a menudo difumina los límites entre estos conceptos, por lo que es imperativo que los investigadores disciernan sus distintas funciones.

Este artículo pretende mostrar los aspectos intrínsecos de la fiabilidad y la validez, destacando su importancia y distinguiendo sus atributos únicos. Al comprender estas facetas críticas, los investigadores cualitativos pueden garantizar que su trabajo no sólo resuena con autenticidad, sino también con fiabilidad.

Comprender la diferencia entre fiabilidad y validez ayudará al investigador a recopilar datos y analizarlos de forma rigurosa.

¿Cuál es la diferencia entre fiabilidad y validez en un estudio?

En el ámbito de la investigación, ya sea cualitativa o cuantitativa, a menudo surgen dos conceptos cuando se habla de la calidad y el rigor de un estudio: fiabilidad y validez. Estos dos términos, aunque interconectados, tienen significados distintos que tienen un peso significativo en el mundo de la investigación.

La fiabilidad, en esencia, se refiere a la coherencia de un estudio. Si un estudio o prueba mide el mismo concepto repetidamente y arroja los mismos resultados, demuestra un alto grado de fiabilidad. Un método habitual para evaluar la fiabilidad es la fiabilidad de consistencia interna, que comprueba si varios ítems que miden el mismo concepto producen puntuaciones similares.

Otro método utilizado a menudo es la fiabilidad entre evaluadores, que mide la coherencia de las puntuaciones dadas por diferentes evaluadores. Este enfoque es especialmente adecuado para la investigación cualitativa y puede ayudar a los investigadores a evaluar la claridad de su sistema de códigos y la coherencia de sus codificaciones. Para que un estudio sea más fiable, es imprescindible garantizar una medida suficiente de la fiabilidad.

Por otro lado, la validez tiene que ver con la exactitud. Examina si un estudio mide realmente lo que pretende medir. Dentro del ámbito de la validez, existen varios tipos. La validez de constructo, por ejemplo, verifica que un estudio mide el concepto abstracto pretendido o el constructo subyacente. Si una investigación pretende medir la autoestima y capta con precisión este rasgo abstracto, demuestra una fuerte validez de constructo.

La validez de contenido garantiza que una prueba o estudio representa de forma exhaustiva todo el ámbito del concepto que pretende medir. Por ejemplo, si una prueba pretende evaluar la capacidad matemática, debe abarcar aritmética, álgebra, geometría, etc., para mostrar una sólida validez de contenido.

La validez de criterio es otra forma de validez que garantiza que las puntuaciones de un test se correlacionan bien con una medida de un resultado relacionado. Un subconjunto de esto es la validez predictiva, que comprueba si el test puede predecir resultados futuros. Por ejemplo, si una prueba de aptitud puede predecir el rendimiento laboral futuro, se puede decir que tiene una alta validez predictiva.

La distinción entre fiabilidad y validez queda clara cuando se considera la naturaleza de sus objetivos. Mientras que la fiabilidad tiene que ver con la coherencia y la reproducibilidad, la validez se centra en la exactitud y la veracidad.

Un instrumento de investigación puede ser fiable sin ser válido. Por ejemplo, un instrumento de medida defectuoso puede dar sistemáticamente malas lecturas (fiable pero no válido). A la inversa, en los debates sobre la fiabilidad de las pruebas, la misma medida de prueba administrada varias veces podría a veces dar en el blanco y otras veces fallar por completo, produciendo puntuaciones de prueba diferentes cada vez. Esto la haría válida en algunos casos, pero no fiable.

Para que un estudio sea sólido, debe alcanzar tanto la fiabilidad como la validez. La fiabilidad garantiza que los resultados del estudio sean reproducibles, mientras que la validez confirma que representa con exactitud los fenómenos que pretende representar. Garantizar ambas cosas en un estudio significa que los resultados son fiables y precisos, lo que constituye la piedra angular de una investigación de alta calidad.

¿Qué es un ejemplo de fiabilidad y validez?

La comprensión de los matices de fiabilidad y validez se hace más clara cuando se contextualiza dentro de un entorno de investigación del mundo real. Imagine un estudio cualitativo en el que un investigador pretende explorar las experiencias de los profesores de escuelas urbanas en relación con la gestión del aula. El método principal de recogida de datos son las entrevistas semiestructuradas.

Para garantizar la fiabilidad de este estudio cualitativo, el investigador elabora una lista coherente de preguntas abiertas para la entrevista. De este modo se garantiza que, aunque cada conversación pueda divagar en función de las experiencias individuales, sigue habiendo un conjunto básico de temas relacionados con la gestión del aula que cada participante aborda.

En este contexto, la fiabilidad no consiste necesariamente en obtener respuestas idénticas, sino más bien en lograr un enfoque coherente de la recogida de datos y su posterior interpretación. Como parte de este compromiso con la fiabilidad, dos investigadores podrían transcribir y analizar independientemente un subconjunto de estas entrevistas. Si identifican temas y patrones similares en sus análisis independientes, esto sugiere una interpretación coherente de los datos, lo que pone de manifiesto la fiabilidad entre evaluadores.

Por otra parte, la validez se basa en garantizar que la investigación capta y representa realmente las experiencias vividas y los sentimientos de los profesores en relación con la gestión del aula. Para establecer la validez de contenido, un grupo de expertos en educación revisa minuciosamente la lista de preguntas de las entrevistas. Sus comentarios garantizan que las preguntas abarquen la amplitud de temas y preocupaciones relacionados con la gestión del aula en los entornos escolares urbanos.

A medida que se realizan las entrevistas, el investigador presta especial atención a la profundidad y autenticidad de las respuestas. Tras las entrevistas, se puede recurrir a la comprobación por parte de los miembros, en la que los participantes revisan la interpretación que el investigador hace de sus respuestas para asegurarse de que sus experiencias y perspectivas se han recogido con exactitud. Esta estrategia ayuda a afirmar la validez de constructo del estudio, garantizando que el concepto abstracto de "experiencias con la gestión del aula" se ha representado de forma veraz y adecuada.

En este ejemplo, podemos ver que, aunque el estudio de la entrevista se basa en métodos cualitativos y experiencias subjetivas, los principios de fiabilidad y validez pueden seguir informando de forma significativa el proceso de investigación. Sirven de guía para garantizar que los resultados de la investigación sean fiables y reflejen fielmente las experiencias de los participantes.

Cómo garantizar la validez y fiabilidad de la investigación

Garantizar la validez y fiabilidad de la investigación, independientemente de su naturaleza cualitativa o cuantitativa, es fundamental para obtener resultados fiables y sólidos. A continuación le explicamos cómo integrar estos conceptos en su estudio para garantizar su rigor:

La fiabilidad tiene que ver con la coherencia. Una de las formas más sencillas de medirla en la investigación cuantitativa es mediante la fiabilidad test-retest. Consiste en administrar la misma prueba al mismo grupo de participantes en dos ocasiones distintas y comparar los resultados.

Un alto grado de similitud entre los dos conjuntos de resultados indica una buena fiabilidad. A menudo puede medirse utilizando un coeficiente de correlación, en el que un valor cercano a 1 indica una fuerte coherencia positiva entre las dos iteraciones de la prueba.

La validez, por su parte, garantiza que la investigación mide realmente lo que pretende. Hay varias formas de validez a tener en cuenta. La validez convergente garantiza que dos medidas del mismo constructo o que teóricamente deberían estar relacionadas, están realmente correlacionadas. Por ejemplo, dos medidas diferentes que evalúen la autoestima deberían mostrar resultados similares para el mismo grupo, lo que pone de manifiesto que miden el mismo constructo subyacente.

La validez aparente es la forma más básica de validez y se mide por la apariencia de la herramienta de medición. Si, a primera vista, una prueba parece medir lo que pretende, tiene validez aparente. Este suele ser el primer paso y suele ir seguido de formas más rigurosas de comprobación de la validez.

La validez relacionada con el criterio, un subtipo de la validez de criterio anteriormente mencionada, evalúa la correlación entre los resultados de una prueba o medida concreta y otra medida relacionada. Por ejemplo, si se desarrolla una nueva herramienta para medir la comprensión lectora, sus resultados pueden compararse con los de una prueba de comprensión lectora establecida para evaluar su validez relacionada con el criterio. Si los resultados muestran una fuerte correlación, es señal de que la nueva herramienta es válida.

Garantizar tanto la validez como la fiabilidad requiere una planificación deliberada, pruebas meticulosas y una reflexión constante sobre los métodos y resultados del estudio. Esto puede implicar el uso de escalas o medidas establecidas con una validez y fiabilidad demostradas, la realización de estudios piloto para perfeccionar las herramientas de medición y tener siempre presente que estos dos conceptos son consideraciones importantes para la solidez de la investigación.

Críticas a la fiabilidad y la validez

Aunque la fiabilidad y la validez son conceptos fundamentales en muchos paradigmas de investigación tradicionales, no han escapado al escrutinio, especialmente desde perspectivas críticas y postestructuralistas. Estas críticas surgen a menudo de las diferencias filosóficas fundamentales sobre cómo se perciben y construyen el conocimiento, la verdad y la realidad.

Desde un punto de vista postestructuralista, la propia búsqueda de una "verdad" singular o de una realidad objetiva es cuestionable. Desde esta perspectiva, existen múltiples verdades, cada una de ellas moldeada por sus propios contextos socioculturales, históricos e individuales.

La fiabilidad, con su énfasis en la repetición coherente, podría parecer contraria a esta idea. Si las verdades son múltiples y cambiantes, ¿cómo puede la coherencia entre medidas u observaciones repetidas ser una medida válida de otra cosa que no sea la estabilidad del instrumento de investigación?

La validez también se enfrenta a críticas. Al tratar de garantizar que un estudio mide lo que pretende medir, se asume implícitamente que existe una realidad observable y conocible. Las críticas postestructuralistas cuestionan este fundamento, argumentando que la realidad es demasiado fluida, polifacética y está demasiado influida por las dinámicas de poder como para poder ser delimitada por una medida o representación singular.

Además, el propio acto de determinar la "validez" suele requerir un punto de referencia externo o un "patrón oro". Esto plantea la cuestión de quién determina esta norma y la dinámica de poder y los posibles sesgos inherentes a tales decisiones.

Otro punto de controversia es la forma en que estos conceptos pueden dar prioridad inadvertidamente a determinadas formas de conocimiento frente a otras. Por ejemplo, privilegiar la investigación que cumple criterios estrictos de fiabilidad y validez puede marginar métodos de investigación más exploratorios, interpretativos o autóctonos. Estos métodos, si bien ofrecen una visión profunda, pueden no ajustarse perfectamente a los conceptos tradicionales de fiabilidad y validez, relegándolos potencialmente a la periferia de la producción de conocimientos "aceptados".

No cabe duda de que la fiabilidad y la validez son los principios rectores de muchos métodos de investigación. Sin embargo, es esencial reconocer sus limitaciones y las críticas que plantean las epistemologías alternativas. Tener en cuenta estas críticas no disminuye el valor de la fiabilidad y la validez, sino que enriquece nuestra comprensión de la naturaleza polifacética del conocimiento y la complejidad de su búsqueda.